Narrar en voz alta un relato a un niño supone una actividad de gran
valor intelectual, cognitivo y emocional, que todo padre o educador
debería poner en práctica cuanto antes. Además de todo esto, es una
magnífica forma de crear complicidad y de estrechar vínculos afectivos
entre unos y otros.
Sin duda, para muchos de nosotros el ritual de nuestros padres o abuelos de leernos un cuento es uno de los recuerdos más entrañables de nuestra infancia.
Veamos a continuación otros beneficios de leer cuentos desde una edad temprana:1- El hábito lector es imprescindible para realizarse personal y socialmente. De ello dependerá mucho el interés de los padres por poner libros a mano y de dar ejemplo leyendo a su vez.
2- Los cuentos estimulan la fantasía, la sensibilidad, la memoria y la expresión.
3- Ayudan a desarrollar el lenguaje, ampliando vocabulario, modelos expresivos nuevos y disipando dudas de construcción gramatical, además de despertar el intelecto, aumentando la percepción y la capacidad de comprender.
4- Los niños aprenden a escuchar con atención y a ser pacientes, elementos primordiales para el aprendizaje.
5- Los cuentos mejoran el conocimiento espacio-temporal (dónde y cuándo sucede, qué ocurre antes y qué después…).
6- Fomentan la empatía o capacidad de ponerse en lugar del otro.
7- Transmiten valores como la constancia, la amistad, la modestia, la honestidad, la lealtad, etc.
8- Enseñan a identificar emociones como el miedo, el amor, la frustración, la ira, la envidia o el deseo.
9- El niño se identifica con personajes y situaciones de las historias, lo cual le ayuda a afrontar retos y miedos con una visión más amplia. Asimismo, le facilita la resolución de problemas.
10- Todo niño desea la atención de sus padres y pasar tiempo con ellos, y el rato de contar un cuento incrementa la comunicación y la confianza entre ambos, lo que a la larga también mejora la autoestima del pequeño.

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